Adéntrese en el mundo privado atribuido a Mariano Bertuchi, donde cada página de este íntimo cuaderno de bocetos revela momentos fugaces, estudios minuciosos y estallidos de imaginación. Esta colección de obras sobre papel del orientalista español, conocido por sus vívidas representaciones de Marruecos y el norte de África, capta una faceta más tranquila e introspectiva de su práctica.
Desde vibrantes anotaciones en acuarela hasta delicados retratos en grafito, el cuaderno presenta un caleidoscopio de impresiones visuales: hombres y mujeres con atuendos regionales, formas arquitectónicas, caricaturas expresivas y detalles de vestuario plasmados con aguda observación y gestos fluidos. Es un cuaderno de artista, sí, pero también un diario visual lleno de curiosidad y ritmo.
Un estudio de estilo, sustancia y sutileza
Las páginas se despliegan como fotogramas cinematográficos: una mirada hacia abajo, una fuente que se eleva en penacho, una caricatura congelada a mitad de frase. La versatilidad técnica es sorprendente: Bertuchi pasa de suaves lavados a líneas nítidas, combinando el instinto pictórico con la precisión documental. Cada viñeta ofrece una visión de su proceso: pensamientos inacabados, expresiones plenamente realizadas y comentarios pictóricos.
Aunque sin fecha, las obras corresponden a la mano madura de Bertuchi. Cabe destacar una composición totalmente firmada en la página 39, en la que se lee "Mariano Bertuchi, Guarda", una rara pista que indica la autoría y el lugar.
Una joya de colección desde los márgenes de la maestría
Las obras de esta naturaleza -personales, auténticas y no ensayadas- tienen un valor único tanto para los coleccionistas como para los estudiosos. No sólo revelan el tema, sino también el ritmo interno de la mente del artista. Este tipo de cuadernos rara vez se conservan intactos, sobre todo con este grado de variedad y calidad.
Procedente de una colección privada de Marbella, este cuaderno de bocetos fue adquirido en una subasta española hace más de una década. Conserva su formato original, encuadernado en espiral, con tapas de papel y cartón envejecidos, lo que añade una textura histórica adicional a la obra.
Ya sea para el estudio, la exposición o el conocimiento, se trata de un artefacto raro y poético: el viaje de un artista a través de treinta y nueve páginas de pensamiento y forma.